Se espera que este año, sólo en España, se vendan más de siete mil unidades de lectores electrónicos. Lo cierto es que el libro digital llegó para quedarse y no hay duda que muy pronto será el próximo soporte para el libro. Esto es lo que argumenta Javier Martín en su artículo “Tinta Electrónica” publicado en el periódico El País el 15 de octubre de 2009. La llegada al mercado de reproductores como Kindle ha animado a las editoriales a digitalizar y colocar en Internet todo su catálogo, incluyendo las novedades. Pero, ¿por qué atribuirle a los reproductores de libros digitales el auge del libro digital si ya tenemos computadoras personales y teléfonos celulares con capacidad para reproducir e-books? Los “ereaders” son mucho más prácticos que las laptops o los celulares. Un reproductor de libros digitales pesa 200 gramos, su batería puede durar meses, lo puedes usar en cualquier lugar (en el tren, mientras esperas en una oficina médica, en la mesa mientras comes algo) y no daña la vista. Esta última característica es la que lo hace más atractivo. El milagro de la pantalla que no daña los ojos salió del Medialab del MIT en 1997. La tecnología de E Ink, a diferencia de las pantallas LCD, TFT o plasma no emiten luz, sino que la reflejan, igual que el papel. El e-book también tiene ventajas sobre el libro de bolsillo tradicional. Hay personas que se les hace difícil manejar un libro de bolsillo, ya sea por su abultado lomo o por sus diminutas letras; el e-book elimina estos problemas, es muy fino y las letras se pueden agrandar o achicar a conveniencia. Además incluye otras funciones como el “speech” que lee en voz alta.
Las casas editoras apuestan a esta nueva tecnología. Carmen Balcells, detentadora de los derechos de los principales autores latinoamericanos, ha creado una colección de libros digitales llamada “Palabras Mayores” en la cual por cinco euros se puede descargar lo más actual de la novela hispanoamericana. Otros lugares que ofrecen gran cantidad de libros digitales son Leer-o, Mobipocket, Mondadori y Planeta. En España se está haciendo un esfuerzo por unir a las pequeñas y medianas editoras como Tusques y RBA en una plataforma global que le ofrezca al lector todos los libros en un solo lugar. Preliminarmente se llamará 36L y tendrá por lema “ni exclusivos ni cerrados”.
El e-book no sólo afectará a las casas editoras y a los lectores, los autores también tendrán nuevas herramientas en sus manos que le permitirán crear sus obras de otra manera. El autor podrá incluir en sus textos enlaces a Internet, incluir finales alternativos, elegir un personaje o actualizar su obra añadiendo temas de actualidad, gracias a la rapidez de la red.
Referencia: Martín, J. Tinta Electrónica. El País, 15/10/2009. Documento electrónico en www.elpais.com/articulo/portada/Tinta/electronica/elpepisupcib/20091015elpcibpor_1/Tes
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Hace 2 meses
Muy interesante reseña, los “features” del e-book son muy tentadores e invitan a su exploración. Me encantó que resaltaras la aportación del Medialab de MIT en su intento de salvaguardar la salud de los usuarios de las tecnologías de la información, la misma es muy significativa ya que la excusa de muchos (incluyéndome) para no utilizar “de forma excesiva” a las TICs es precisamente los daños que puedan causar al sentido de la vista. Estoy firmemente de acuerdo en que la inmersión del e-book en la industria del libro afecta a todas las personas envueltas en ese entorno desde las casas editoriales hasta el mismo usuario. Debemos recordar que las TICs son herramientas que nos permiten maximizar la difusión de información haciéndola más accesible y rápida.
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