lunes, 28 de septiembre de 2009

Reseña del artículo Getting an earful at the museum de Nancy Matsumoto

El 26 de agosto de 2009, Nancy Matsumoto publicó en el Wall Street Journal un artículo titulado “Getting an earful at the museum” bajo la sección Cranky Consumer. El título, difícil de traducir de manera literal, se refiere a la posibilidad de tener una gran experiencia de información auditiva en un museo por medio de dispositivos electrónicos que permitan la emisión de grabaciones sonoras. Específicamente, Matsumoto pone su atención en el uso de “audio-guías”, llevando a cabo un estudio de campo al respecto en cuatro museos de los Estados Unidos y presentando sus hallazgos y experiencias tanto en su artículo como en una tabla complementaria.

Antes de entrar en detalle sobre las opciones de guías auditivas que ofrecieron los museos visitados, la autora expone un breve y sincero comentario sobre la comprensible reacción de los visitantes al querer extraer del creciente costo de entrada a las instituciones de arte la mayor experiencia posible. Reconoce sin embargo, que los museos a su vez están apenas comenzando a explorar las posibilidades y limitaciones que las guías auditivas o multimedios pueden presentar al citar a Sarah Dines, directora de una compañía que las diseña. Esta expresa que “toda la experiencia dentro del museo está en flujo- las pataformas, las aplicaciones, los tipos de contenido” y que aunque precisamente estos últimos sean de una excelente calidad en las audio-guías, los sistemas que los comunican aún no están “en su punto óptimo”.

Como primera recomendación, a modo de conclusión adelantada, Matsumoto expresa que es mejor explorar las opciones que el museo ofrece accesando su respectivo portal cibernético, antes de visitarlo en persona. Las opciones pueden ir desde la audio-guía hasta el uso del celular propio y el reproductor de MP3 accesando por medio del Wi-Fi o el RSS (feed) la información buscada en formato de podcast. Los primeros tienden a estar incluídos en el costo de entrada al museo, mientras los segundos pueden ahorrar el también posible costo de alquiler de los primeros y las filas para adquirir los mismos.

A grandes rasgos, estos fueron los hallazgos en los cuatro museos visitados por Matsumoto.En el Museo de Arte Moderno de Nueva York, los podcasts son de alta calidad, sin embargo accesarlos a través del celular solo está disponible para Iphones, en lo cual están trabajando para ampliar la oferta a otras unidades móbiles. El Museo de Arte de Los Angeles no tiene acceso a la información vía celular (aunque están en vías de ello), pero tiene excelentes audio-guías para alquilar, aunque para un número limitado de obras. El Walker Art Center de Minneapolis poseía todas las opciones mencionadas, incluyendo un número limitado de Ipods para alquilar. Finalmente, el Brooklyn Museum, único de los cuatro en cobrar por alquiler, tiene podcasts con pausas avisadas en la grabación y acceso por celular, aunque con una señal pobre en algunas áreas.

La implementación de estas tecnologías en la educación museística no solo conviene en cuanto al abaratamiento de costos, sino en la democratización de los recorridos, al permitir a cualquier amante del arte preparar y ofrecer al público su interpretación de una exhibición por medio de un podcast.

Referencia: Matsumoto, N. (2009, 26 de agosto). Getting an earful at the museum. Wall Street Journal. Recuperado el 18 de septiembre de 2009 desde http://online.wsj.com/article/SB10001424052970204660604574374744212857028.html

Resumen de la lectura de M. Farkas: Podcasts

Meredith Farkas, en su libro Social software in libraries (2007), dedica el capítulo undécimo a describir el desarrollo y las posibilidades que permite la creación y uso de podcasts tanto en las bibliotecas como en el proceso educativo. De manera introductoria, y sin quitarle mérito a las posibilidades que pueden ofrecer los blogs, la autora sincera el hecho de que estos, por su naturaleza principalmente escrita, están imposibilitados de lograr transmitir las inflecciones de la voz, a la vez que reconoce que no todo el mundo disfruta de igual manera leer que escuchar. Así, la utilización de los podcasts (término acuñado tras fusionar “iPod” con “broadcast”), cuyo proceso de creación es potencialmente sencillo y accesible, prueban ser, más que un sustituto, un complemento idóneo para las instituciones educativas que están comprometidas a servir a sus usuarios, atendiendo a la diversidad de gustos y posibilidades.

El surgimiento de los podcasts tiene lugar tras la aparición y conjunción de diversas tecnologías, como lo son los MP3 y el reproductor de estos (como el iPod), los programas que permiten la conversión de audio en formato MP3, y el RSS ( Really Simple Syndication o feed), que permite la subscripción a una sección de noticias o aún podcasts que se actualizan con frecuencia. Dada la creciente popularidad y disponibilidad de los reproductores MP3 (incluyendo en teléfonos celulares, punto que Farka no pudo cubrir en su capítulo), el podcast ha adquirido mayor potencial de ser un medio preferido para que el usuario pueda actualizarse en los temas de preferencia mientras efectúa otras labores (compras, ejercicios, espera en autobús o tren, etc.).

Por otro lado, la creación de un podcast puede darse de forma sencilla. Primero debe grabarse lo deseado en una grabadora de audio digital, en una computadora con micrófono o en un estudio de grabación. Las primeras dos opciones, según la autora, son las más utilizadas por ser las de mayor accesibilidad. Luego, si el documento requiere edición o adición de sonidos, música o extractos de otras grabaciones, deberá llevarse a cabo con el programa correpondiente para luego convertir el producto final en formato MP3 (la autora menciona Audacity para edición y LAME MP3 Encoder como opciónes libres y gratuitas). Finalmente deberá subirse al internet utilizando servicios de redifusión (syndication), para los cuales también existen opciones gratuitas.

Este proceso ha sido explotado positivamente tanto por bibliotecas como por profesores. Las primeras han sabido sacar provecho de los podcasts, no solo en el anuncio de sus actividades y en difuminar reseñas de los libros que poseen o extractos grabados de las actividades que llevan a cabo, sino también en la grabación de libros completos. La grabación de textos como refuerzo educativo para ayudar en el proceso de aprender a leer ha sido favorable tanto a niños como a personas que no hablan el idioma del lugar en que residen. Las bibliotecas, al igual que los museos, se han servido de los podcasts para orientar a sus usuarios en un paseo auditivo por sus instalaciones. Los profesores a su vez, hacen disponibles sus cursos en forma de podcasts de manera tal que el salón de clases sea un espacio de discusión o práctica y no de posibles monólogos. Las transformaciones que estas adaptaciones conllevarían son solo ventanas a las posibilidades y cambios que tecnologías como el podcast tienen como potencial.

Referencia: Farkas, M. (2007). Podcasts. Social software in libraries, Building collaboration, communication and community online. Medford, N.J. : Information Today.

Resumen de la lectura "Screencasting and Vodcasting" de M. Farkas

Farkas (2007), nos explica que con la finalidad de hacer la experiencia de aprendizaje más fácil, las instituciones educativas y las bibliotecas han comenzado a incorporar videos en sus ofrecimientos en línea, utilizando dos herramientas muy efectivas: El “screencasting” y el “vodcasting”.
El “screencasting” es una grabación de video la cual se reproduce en la pantalla de la computadora. Sus propósitos son educativos mayormente y consisten en la preparación de tutoriales en los cuales se explica paso por paso el uso de algún “software” o herramienta de una computadora. De manera sencilla puede definirse como un manual de instrucciones interactivo.
Al comienzo de la World Wide Web, los educadores y bibliotecarios, comenzaron a usar el Internet con fines educativos. Hacían manuales de uso en línea con textos basados en HTML o PDFs para que los usuarios aprendieran el manejo de la computadora, el uso de la web, de base de datos y de otras herramientas en línea. Pero la explicación en sólo texto fue muy complicada y aburrida para los usuarios, así que los bibliotecarios comenzaron a añadir otros elementos. En el 2004, Jon Udell, columnista de artículos tecnológicos, comenzó a usar imágenes para demostrar el uso de algunas herramientas y técnicas en línea. Así comenzaron a hacerse pequeñas películas a manera de manuales de uso y se adoptó para esta técnica el término “screencast”. Durante la evolución del “screencast”, los bibliotecarios han incorporado audio, subtítulos, demostraciones y componentes interactivos, haciendo de esta experiencia educativa una parecida a la que se tiene en un salón de clases.
Actualmente el “screencast” no sólo se usa para fines educativos; en la industria del software se usa para demostrar el funcionamiento de algún producto. Es una excelente alternativa para hacer los tradicionales manuales de preguntas y respuestas, conocidos en inglés como los FAQs y para que el consumidor haga un estudio comparativo entre un software y otro antes de usarlo o comprarlo.
En las bibliotecas se usa principalmente para demostrarle a los usuarios cómo funcionan los recursos que la biblioteca tiene disponibles, como el uso de base de datos, del catálogo y programas de computadoras. Estos ofrecimientos son muy beneficiosos para las personas que acceden en línea a la biblioteca y no pueden recibir asistencia en vivo de un bibliotecario. También se han hecho tutoriales para enseñarle a los estudiantes a hacer investigaciones y búsquedas efectivas; desarrollar temas de investigación y evaluar las fuentes de las que adquieren la información.
El “vodcasting” es una difusión de video disponible en línea que puede verse a través de una computadora o de cualquier otro aparato multimedia. Puede “bajarse” al aparato y verse cuantas veces se quiera. Tiene como peculiaridad que son videos de manera episódica, o sea, como las series de televisión las cuales podemos ver por episodios semanalmente. Mayormente se utiliza como medio de entretenimiento. Últimamente las universidades han comenzado a usar esta herramienta como medio educativo y de mercadeo. Cada semana podemos ver un video sobre la vida universitaria, relatos sobre los visitantes a la Universidad y actividades estudiantiles. Aún las bibliotecas no hacen mucho uso de esta herramienta, pero hay un gran potencial para su uso. A través de la difusión periódica de estos videos puede darse a conocer la biblioteca y sus ofrecimientos, hacer programas sobre los eventos de la biblioteca, difundir algún curso, y hasta ilustrar algún cuento para niños.
Referencia: Farkas, M. (2007). Screencasting and Vodcasting, Social software in libraries. Medford, N.J., Information Today.