Nota: Este es un resumen de un ensayo monográfico, disponible en el blog personal del autor (requiere invitación para observarlo).
Como se ha discutido en clase, con el advenimiento de tecnologías que facilitan el intercambio de todo tipo de contenidos en la web, hemos pasado de ser sólo consumidores a ser participantes proactivos en el proceso de creación de contenidos y difusión de información. Uno de los principales medios de comunicación que se ha visto influido por el desarrollo de la web 2.0 es el video. Para que la difusión de video en la web fuera posible, desde mediados de la década de 1990 se han ido desarrollado conjuntos de instrucciones, o algoritmos, que permiten producir (codificar) o reproducir (decodificar) video sin la necesidad de consumir un gran ancho de banda de la web (o sea, lo más comprimido posible). Esto con el fin de que puedan ser vistos en la mayor cantidad posible de equipos electrónicos, desde computadoras de escritorio y portátiles, hasta reproductores MP3 y teléfonos inteligentes. Estas instrucciones se conocen como códecs. Las mismas se almacenan dentro de ‘contenedores’, un formato de archivo en el que se contiene junto al códec la información propia del contenido a ser reproducido y su respectiva pista de audio. Además contiene, de así permitirlo, el formato del contenedor, los subtítulos del contenido a reproducirse y los metadatos del mismo (fecha de creación, autores e instrucciones para el reproductor sobre cómo manejar y sincronizar cada una de las partes). Para la fácil comprensión de los términos se incluye un pequeño diagrama.
A través de los años, el formato para video en la web más utilizado es la combinación del contenedor MPEG-4, y el códec de video H.264 y de audio AAC creados por el Motion Picture Experts Group (MPEG). Los videos disponibles en YouTube, el sitio web con contenidos de este tipo más visitado en el mundo, están codificados en su mayoría bajo H.264/AAC con el contenedor de formato Flash Video (FLV) de la compañía Adobe. Las principales diferencias entre el uso de un formato de video como H.264/AAC, sobre Flash, es que el desempeño y consumo de energía del hardware que reproduce videos nunca será tan óptimo bajo el contenedor Flash, debido a la mayor cantidad de datos que se deben procesar. Es por esa razón que Apple, entre otras compañías no brindan soporte para Flash en sus dispositivos móviles promoviendo el uso de H.264 como códec principal para distribuir video en la web.
Debido a que los sets de algoritmos y contenedores usados para desarrollar y distribuir video en la web están en su mayoría patentados alrededor del mundo, existe preocupación entre muchos desarrolladores de aplicaciones gratuitas o de código abierto sobre las implicaciones que podría tener el que el MPEG. (Para quienes interesen conocer más sobre los diversos tipos de formatos, se sugiere este enlace). Por ejemplo, la Fundación Mozilla y Opera Software, así como artistas y productores independientes a quienes le pertenecen la mayoría de las patentes, podrían en algún momento querer obtener regalías por el uso de sus tecnologías, o influenciar en la línea editorial y política del contenido que sus usuarios generen en la web y eventualmente en la televisión por internet. Según Schwartz (2010), el hecho de que los productos que se usan para distribuir video en la web como Final Cut Studio de Apple, Inc. especifiquen en su licencia de uso que todo contenido generado con la aplicación debe ser para uso personal y no-comercial, limita seriamente la posibilidad de usuarios comunes de Internet, artistas, músicos y productores independientes de vivir del producto de su creatividad. A eso se añade que, según Loli-Queru (2010), que la mayoría de los equipos de grabación de video tienen soporte sólo para video codificado en H.264, lo cual no da opciones para quienes deseen usar algún formato alternativo, algo que, hasta hace muy poco no era posible.
Google, Inc. desarrolló a inicios de este año el formato WebM, usando tecnologías que funcionan de manera un tanto distinta a las reflejadas en las patentes del MPEG, y haciéndolo completamente abierto y gratuito. El hecho de que Google ya esté implementando el formato para la mayoría de los videos en su portal YouTube, así como el soporte de los navegadores web Firefox y Opera, y la posibilidad de desarrollar aplicaciones para reproducción de video que no resulten onerosas por pago de patentes, ha hecho de esta nueva alternativa una muy atractiva para múltiples compañías. Pero el formato aún está en desarrollo y el hardware que dará soporte directo a esta tecnología, algo que hará más viable su uso en plataformas móviles, está aún en gestación. Una web abierta requiere que sus tecnologías faciliten el libre flujo de todo tipo de contenidos, y es lamentable la posibilidad de que, en algún momento, los intereses de grandes grupos lleguen a estar por encima de esa libertad de expresión que puede aún, con ciertos límites, disfrutarse en la web.
Referencias
Loli-Queru, E. (2010, 1 mayo). Why Our Civilization's Video Art and Culture is Threatened by the MPEG-LA. OSNews.com Recuperado de: http://www.osnews.com/story/23236/Why_Our_Civilization_s_Video_Art_and_Culture_is_Threatened_by_the_MPEG-LA
O'Callahan, R. (2010, 23 enero). Video, Freedom And Mozilla. mozillazine.org Weblogs. Recuperado de: http://weblogs.mozillazine.org/roc/archives/2010/01/video_freedom_a.html
Patel, N. (2010, 4 mayo). Know Your Rights: H.264, patent licensing, and you. Engadget. Recuperado de: http://www.engadget.com/2010/05/04/know-your-rights-h-264-patent-licensing-and-you/
Shankland, S. (2010, 1 marzo). Is H.264 a legal minefield for video pros? cNet News Deep Tech Blog. Recuperado de: http://news.cnet.com/8301-30685_3-20000101-264.html
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