En el artículo La biblioteca digital: inventando el futuro, de Virginia Ortiz-Repiso y Purificación Moscoso (2002), se analizan el concepto de “biblioteca digital” y otros términos relacionados. También se abordan las diferencias que han surgido en el acceso y la gestión de la información, así como los cambios y las nuevas líneas de investigación en el desarrollo de las bibliotecas digitales tras la evolución de las tecnologías de información y comunicación.
Las autoras encontraron que los términos “biblioteca sin papeles”, “bibliotecas sin muros”, “bibliotecas electrónicas”, “bibliotecas virtuales”, “bibliotecas híbridas y “biblioteca digital” se utilizan como sinónimos. Sin embargo, a través de su estudio concluyeron que los términos de “bibliotecas sin papeles” o “bibliotecas sin muros” se utilizan para describir aquellas que no están sujetas “a unas coordenadas espaciales fijas”. Por otro lado, establecen que “biblioteca electrónica” no está asociada a “un espacio físico” sino más bien a integración de “recursos impresos y digitales”, aunque la relación usuario y bibliotecario y el manejo técnico de los recursos es tradicional. La “biblioteca híbrida” es muy parecida a la “biblioteca digital”, según expresan las autoras. Los dos tipos de bibliotecas dan acceso a recursos en diferentes formatos y tienen “independencia de su lugar de depósito o almacenamiento”. La diferencia es que la primera ofrece servicios “en parte físicos y en parte virtuales” mientras la segunda tiene todos los recursos en formatos digitales y tiene como opción, en algunos casos, el acceso remoto. Ortiz-Repiso y Moscoso concuerdan en que los conceptos virtual y digital son semejantes, pero virtual se emplea más “para referirse a colecciones de recursos web”.
La biblioteca digital, como mencionan las autoras, puede tener un espacio físico pero no depende de este para existir. Brinda recursos en diferentes formatos digitales, sin embargo esto crea dificultad para la organización de los mismos. Los trabajos técnicos de la biblioteca pasan también a ser digitales, por ejemplo; la adquisición, catalogación, conservación, etcétera. En estos nuevos centros de información, el concepto de acceso es de gran importancia ya que es lo que define la cantidad de recursos que ofrece. Para tener acceso a los materiales es preciso tener el equipo tecnológico necesario, equipo que constantemente está cambiando y por tanto los recursos deben transferirse a los nuevos sistemas. Por otro lado, las líneas de investigación en torno a la biblioteca digital y el trabajo bibliotecario ha tomado un carácter multidisciplinario, de los cuales se destaca: biblioteconomía y documentación , ciencias sociales y jurídicas, y lenguajes y sistemas informáticos. La biblioteconomía y documentación buscan maneras de organizar la información para proveer un mejor acceso, además de facilitar la recuperación y transferencia de información. El estudio de las ciencias sociales investigan al usuario y a las unidades de información es sus “actitudes y aptitudes en torno al acceso, evaluación y uso de la información” (Ortiz-Repiso & Moscoso, 2002). Las ciencias jurídicas colaboran abordando temas como la autoría y privacidad del usuario. Por último en el área de los expertos de lenguajes y sistemas informáticos “se estudian las implicaciones de la interoperabilidad en la arquitectura de sistemas, estándares y protocolos para la transferencia de datos, los metadatos, y los lenguajes de marcas, entre otros.”(Ortiz-Repiso & Moscoso, 2002).
El futuro de la biblioteca digital es difícil de pronosticar por los constantes cambios tecnológicos que hacen dudoso predecir el “modelo de organización, acceso y gestión” (Ortiz-Repiso & Moscoso, 2002) de la información, ya que como dicen las autoras, “las bibliotecas digitales del futuro estarán condicionadas por los estándares y modelos que se adopten en la actualidad, así como por las investigaciones que se lleven a cabo relacionadas con la interoperabilidad de sistemas, los protocolos para objetos digitales, el diseño de interfaces y la interacción hombre-máquina (HCI).” (Ortiz-Repiso & Moscoso, 2002). No obstante, la biblioteca digital es una solución a la sobrecarga de información porque facilita el conocimiento por medio de la organización y recuperación de documentos relevantes al usuario. Las opciones que ofrecen las bibliotecas digitales son múltiples gracias al desarrollo de las tecnologías, no hay duda de que son una gran contribución, pero en mi perspectiva no remplazará lo impreso, sino más bien que hará del papel una colección limitada de reserva por cada biblioteca, ya que por el momento los documentos físicos tienen mayor perdurabilidad que los digitales.
Referencia:
Ortiz-Repiso, V. & Moscoso, P. (2002) La biblioteca digital: inventando el futuro, Revista Interamericana de las Nuevas Tecnologías de la Información, 7 (3) 6-17.
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