Después de utilizar por tanto tiempo las páginas en internet y mantener a los usuarios acostumbrados al acceso gratis, muchos medios de comunicación revisan su estrategia y empiezan a cobrar. A esto, es lo que Lagoa (2009) llama una “Rebelión contra el gratis total en la Red”.
Ha llegado el momento en el que las industrias de información intenten explorar fórmulas para rentabilizar su presencia en la red, más allá de la publicidad, hasta ahora su principal y casi única fuente de ingresos. También el cine y la música, alentados por el éxito de empresas como iTunes, ensayan nuevas fórmulas para cobrar por sus productos. Además, el gigante de las búsquedas de internet, Google, se enfrenta a los editores de prensa por explotar sus noticias y prepara herramientas para facilitar los micropagos a los medios de comunicación (Lagoa, 2009).
Hoy día, millones de internautas acceden a artículos, discos y hasta películas, sin costo alguno. Pero lo que muchos usuarios consideran un derecho, para las industrias de contenido se ha convertido en un problema económico y de propiedad intelectual. También muchas empresas creyeron que abriéndose a la Red lograrían una gran publicidad, sin embargo, están dando marcha atrás. Para éstas, los banners no compensan igual que los viejos anuncios de papel y es por esto, que muchos editores han decidido volver al cobro (Lagoa, 2009).
Según el fundador de Journalism Online, Crovitz (citado en Lagoa, 2009) “el modelo de negocio actual de acceso libre al contenido en internet claramente no funciona, por tanto, el futuro será una combinación de modelos de pagos y gratuitos”. Sin embargo, existe una empresa que se beneficia del gratis total, ésta es Google. Esto se debe a que sus costos por agregar contenidos son casi nulos. Según ha señalado el centro de reflexión sobre los medios de comunicación de la Universidad de Harvard (citado en Lagoa, 2009) “a Google no le conviene el enfrentamiento directo contra la prensa mundial”. Por esta razón la empresa podría estar preparando un sistema de pago online que permitirá que los periódicos puedan cobrar a sus lectores por acceder a sus artículos. Por tanto, el buscador más popular apuesta por una red abierta, pero no gratis (Lagoa, 2009).
Como hemos visto según (Lagoa, 2009) “el acceso gratis a la información tiene los días contados”. Por tanto, considero que como profesionales de la información debemos estar vigilantes ante esta situación. Porque no podemos permitir que los grandes intereses y los dueños de poder dirijan el contenido de las nuevas tecnologías hacia la desigualdad, la injusticia y la exclusión. Nosotros luchamos porque la mayoría de las personas tengan acceso a la información, busquen, lean y la hagan parte de sí mismos, para que de esta manera surja una sociedad democrática. Sin embargo, esto no ocurriría, si sólo la gente adinerada, que es la que puede pagar por el acceso a la información, fueran los únicos que se beneficiarían.
Referencias:
Lagoa, M. Rebelión contra el gratis total en la Red. El País, 11/09/2009. Documento electrónico en http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Rebelion/gratis/total/Red/elpepisoc/20090911elpepisoc_1/Tes?print=1
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